Ibby, Babar ¡por favor, no más sexismo eurocéntrico en la promoción de la literatura infantil y juvenil!

Beatriz Bermúdez Rothe

EDILI_casste año, para conmemorar el día internacional de la Literatura infantil y juvenil,  la IBBY – International Board on Books for Young People según sus siglas en inglés – ha seleccionado un texto y un cartel bajo el título Érase una vez… ambos, en mi opinión, cargados de una serie de elementos androcéntricos y eurocéntricos inaceptables por más que el texto en cuestión tenga como protagonista a una niña.  “No más princesas…”, parece decir al principio el texto de la escritora brasileña Luciana Sandroni, para luego desdecirse ¿Por qué no Blancanieves?

No es mi intención escribir un sesudo ensayo al respecto esta sólo pretende ser una nota de protesta muy sentida. Me sale de las entrañas. Me molesta que para ambas entidades no parezca suficiente que el día seleccionado para celebrar lo que conocemos como Literatura Infantil y Juvenil sea en honor a un hombre. Aunque este hombre no cumpla con todas las características del «arquetipo viril» (varón adulto, blanco, heterosexual y propietario)[i], es innegable que sirve para reforzar dicho arquetipo el cual, a su vez, sustenta el androcentrismo europeizante propio de esta sociedad y de las prácticas colonialistas de ayer y de hoy. Veamos que dice Wikipedia sobre el tema:

“El término androcentrismo fue introducido en el debate sociológico por la estadounidense Charlotte Perkins Gilman con su obra The Man-Made World; or, Our Androcentric Culture, publicada en 1911. En dicha obra, esta investigadora demuestra como el androcentrismo está muy relacionado con el origen y desarrollo posterior en la historia del patriarcado así como con la discriminación que existe hacia la mujer en el mundo educativo, legal, laboral o personal en la actualidad”.

Parece que desde entonces hemos avanzado poco pues leímos bien, DISCRIMINACIÓN, y es a esa discriminación, a la subvaloración de lo femenino, de la mujer, de la niña, a lo que me opongo, contra lo que me rebelo.

Aprendí bien mientras editaba el libro de Valentina Salas[ii]  sobre las implicaciones que tiene en la psiquis de niñas y mujeres el uso sexista del lenguaje. Sobre la manera cómo se han ido estableciendo los mecanismos inconscientes y socialmente aceptados para la autodescalificación y autodiscriminación de las mujeres y la aceptación de ese arquetipo androcéntrico como equivalente a lo HUMANO. Y creo que si algo debemos hacer quienes escribimos para niñas, niños y jóvenes es luchar contra todo tipo de discriminación y contra todo mecanismo o práctica que intente legitimarla, establecerla como algo “natural”.

Por tanto me pregunto: ¿Es natural, aceptable, inocuo, casual o intrascendente que no se mencione a las niñas en una nota como esta de la IBBY y que la imagen seleccionada sea la de un niño varón? ¿Cómo “leer” esta imagen que cual cliché “reproduce” parte de una obra divulgada hasta la saciedad e impregnada de símbolos cristianos y patriarcales? Obra que no por casualidad es exaltada y muy bien aprovechada por el centro del poder de la iglesia católica? ¿Qué intenta decir esta imagen seleccionada por la IBBY? ¿Que el libro es una creación del dios judeo-cristiano la cual entrega al HOMBRE junto a su aliento divino? ¡Por favor!

Si lo del androcentrismo parece poco vemos como este es reforzado con el eurocentrismo presente tanto en la imagen como en el texto en cuestión. Tal como señala la misma Wikipedia:

“…el eurocentrismo se refiere más concretamente a la mirada del mundo a partir de la experiencia europea occidental, donde las ventajas o beneficios para los europeos y sus descendientes se consiguen a expensas de otras culturas, justificando esta acción con paradigmas o normas éticas”.

Y estéticas, agregaría yo. Además, me pregunto: ¿No sería un paradigma eurocéntrico el que una niña brasileña en su primera incursión como usuaria en una biblioteca quiera leer “Blancanieves”? ¿No podía ser otro cuento? ¿No existen suficientes autores en su país que merezcan ser coprotagonistas de una nota como esta? Nota que no se queda con Blancanieves si no que mete en el mismo saco a los que llaman los “grandes clásicos” de la literatura infantil. Dale y dale. ¡Siempre los mismos, los infaltables! Pero como por no dejar, para que no se sientan tal mal, de últimos y sin que la niña lectora lo hubiese deseado o pensado, se meten en su mochila algunos de los personajes de la literatura de su país. ¡Por no dejar!

Particularmente, y por muy buenos que sean, estoy hasta la coronilla de los hermanos Grimm y del regodeo con sus obras por las que supongo no hay que pagar derechos. Y conste que admiro profundamente su trabajo como recopiladores al igual que el de Andersen y que nada personal contra ellos ni contra nadie en particular anima esta nota de protesta.

Me pregunto entonces: si nosotras, escritoras americanas, no hacemos un esfuerzo por promover nuestra literatura, nuestro trabajo ¿quién lo hará? ¿Saben acaso cuán difícil es encontrar en Europa una obra de alguna de nosotras? ¡Tan difícil como encontrarlas en las vitrinas de alguna librería en Venezuela donde reinan las princesas y los grandes clásicos de las grandes editoriales extranjeras! Difícil también resulta entonces competir contra ellos. Particularmente es la primera vez que veo mencionar a Luciana Sandroni y eso que también he sido bibliotecaria y docente y nunca he visto ninguno de sus libros en mi país, ni en Colombia, ni en Europa, ni en ninguna de las bibliotecas, librerías y ferias de libros en las que he estado. Es posible y muy probable que anduviesen por allí, ocultas tras tantos “clásicos” y esta, en mi opinión, es una situación que debe preocuparnos.

Estoy segura que ni el androcentrismo ni el eurocentrismo son una norma para la IBBY ni para la Revista Babar, de la que soy asidua lectora, pero no creo sea buena idea dejar pasar estos “lapsus” que desdicen de los avancen logrados por las mujeres en nuestras luchas contra la discriminación. Lapsus o errores tan ajenos a los que se suponen deben ser los objetivos y principios de entidades como las antes mencionadas.

Espero que mi sentida protesta no ofenda a nadie, no es mi intención, pero me siento obligada a llamar la atención sobre este asunto y espero que en lo sucesivo la selección del texto y la imagen para promover la LIJ se haga con mayor conciencia, equidad de género y culturas.

[i]Arquetipo viril según Amparo Moreno Sardà (Universitat Autònoma de Barcelona).

[ii] Salas, Valentina. Sexismo, lenguaje y prensa: caso Venezuela

Autoeditado con apoyo de UNIFEM Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer

 

 

 

 

Acerca de latintainvisible

Docente. Poeta. Narrador. Ensayista. Articulista. Especialista en literatura infantil.
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5 respuestas a Ibby, Babar ¡por favor, no más sexismo eurocéntrico en la promoción de la literatura infantil y juvenil!

  1. Estupendo comentarios. Me encantó y le doy la razón. Gracias por compartir.

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  2. Carmen Esperanza Pérez Devia dijo:

    En verdad tenía un cierto tiempo ausente de la lectura de «La Tinta Invisible» En cuanto al artículo de Beatriz !!! Coincido con ella en sus apreciaciones, «Una respuesta a Ibby, Babar ¡por favor!…» En cuanto a implicarnos como lectoras a promover nuestra literatura, ya que es muy escasa en nuestras librerías y ausente en nuestras bibliotecas. Con respecto al articulo, cuando se habla de una protesta (Género, sexismo, religión, etc) y se escribe términos como: » !Por favor! o no ofendo a nadie, no es mi intención» me deja en el corazón un sensación sumisa y, si está esta al final, me tumba la osadía de escribir en contra de la discriminación social, -en este caso, «El Literario»- En nuestros historias y cuentos personales, siempre hay una heroína que se revela al sistema. Me niego a pedir disculpas por lo creemos y anhelamos.

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