Cuando una carta es un cuento

 David Figueroa Figueroa

«Quiero quedarme aquí, firme y siempre»

Antonio Arráiz

Hoy vuelvo a los escritos de Orlando Araujo (Cartas a Sebastián para que me olvide) Biblioteca Básica Infantil y Juvenil, Monte Ávila Editores, Caracas, 2007. Libro donde la vida pasa en forma de misivas, todo un compendio de rincones, árboles, aguas, pájaros, lugares, personas y momentos, donde la palabra agarra por los cuernos al mundo real o

Orlando Araujo. Ilustración Francisco Maduro

imaginario y lo transforma en textos para dárselo a sus hijos y también al mundo, el poeta no olvida que el tiempo transcurre y la memoria queda.

En el volumen LA TRADICIÓN INFUNDADA del ensayista merideño Gregory Zambrano, Fundación Casa de las Letras “Mariano Picón Salas” de la ULA; conseguimos: “En este libro, su autor reafirma lo que fue durante muchos años el trasfondo de toda su obra concebida para los niños y jóvenes: un acercamiento directo y sincero con sus presentidos interlocutores, un diálogo ameno sin adornos expresivos ni amaneramiento en el modo de llamar las cosas por su nombre. Hay sí conciencia plena de un lenguaje que no por directo y cotidiano es vacío, o falso o ligero”.

Desde la primera carta encontramos que el creador nos quiere llevar a lo cierto a lo verídico, pero con ojos de poeta, la metáfora caminando por los cuatro puntos cardinales de los sentidos, todo un juego donde el más allá y el más acá se encuentran y se dan las manos, lo real es un sueño y el sueño es real, una completa paradoja, entonces la escritura se llena de decires, es la confianza del hombre que le habla a un hermano con el verbo fiel y pleno de fuerza: “El amor es un estado de ánimo de los madres, los cielos, los ríos, las montañas. Uno participa en él, se baña en él y se sacude y se revuelca lleno de sueños antes de dormirse en él”.

Puede verse que la escritura está fusionada con el entorno, que existe una verdadera empatía desde la vista al objeto, desde el sentir a la esperanza y de la esperanza al cariño, pasión de dar siempre todo aquello que, quizás nunca recibimos.

Casi todos los textos – cartas, cuentos – cartas nos trasladan por senderos donde lo poético consigue dejar huellas que cargan a cuestas un sinfín de viajes, vivencias que recorren el cosmos como aves ganosas de espacio y recreación, ellas (las cartas) pueblan lo imaginario conjuntamente con consejos y sugerencias, de allí que el autor va del pasado al presente como del presente al pasado, dando vueltas como un trompo por lo que vendrá, son epístolas que pretenden darle al niño o al adulto palabras para que anden jugando a través de la poesía: “El apamate es una copa de vino / Hay un apamate blanco hecho de espuma de nube, tan raro como el amor verdadero. El apamate blanco son palomas”.

Sin equivocarnos podemos afirmar que: CARTAS A SEBASTIÁN PARA QUE NO ME OLVIDE, cumple a cabalidad lo que nos explica el escritor José Gregorio González Márquez: “Desde temprana edad el niño se interesa por los textos pues estos le permitenPortada libro Cartas a Sebastían para que no me olvide viajar, navegar y disfrutar de la aventura que representa la lectura. Cuando

el infante se acerca a los libros deja de lado el ocio para enfrentarse a su imaginación. El proceso de la lectura le facilita iniciarse en un mundo donde los sueños y la libertad son pasajeros de su vida. La poesía y los cuentos se convierten, entonces, en compañeros inseparables en su existencia”.

Indudablemente que Orlando Araujo siempre persiguió en una forma u otra que esto ocurriera, que la escritura fuera un amigo incondicional del lector, fuese este de cualquier edad, así lo vemos al leer MIGUEL VICENTE PATACALIENTE, EL NIÑO Y EL CABALLO y este que ahora comentamos.

Bien está denotado en todas las páginas, el lector encontrará que el poeta buscaba y consiguió que los que fueran al libro jamás se apartarán de él, la sencillez, recorriendo caminos donde la prosa abre su voz para alentar la equivocación, el momento y darle a la historia un toque de fingimiento para esconder sin esconder la pura realidad, procurando siempre que la palabra sea la reina en casi todos los pormenores de los actos, el símbolo especial, es la metáfora, encarnación lúdica que nunca puede faltar en un escrito: “Una escalera de aguas blancas con anteojos azules. / Esa guacharaca que canta en la mañana más allá del río. / El salto de un niño sobre el pozo que la lluvia le dejó en la calle con el sol adentro”.

Como compañero incondicional que fue, no puede faltar en el libro el canto a la AMISTAD, ese vínculo que no necesita ser de sangre para llevarlo como un altar, para hacer de él un lazo de unión que in la eternidad puede borrar. Esta enfermedad (la única benévola en el mundo) nos hace ver a los congéneres como hermanos, nuestros ojos, corazón y alma se unen para dar fe que la vida nos trajo al mundo para practicar el bien en todas las latitudes; podemos decir que dar es recibir: “Un amigo es el refugio de los miedos que sentimos noche y día, alguien que te mira sonriendo cuando tú lo hiere.

“Un amigo te levanta cuando caes y no espera saber que te has caído. Es como si de pronto estás muy solo y alguien te llama para decirte que lo esperes”.

“Un amigo es el espejo donde tú eres él; no apagues esa luz y no le falles en cualquier oscuridad”.

Con respecto a esto el escritor Earle Herrera nos comenta: “Para Orlando Araujo la amistad fue una religión”.

En una conferencia el camarada nos dijo: “Pero lo cierto es que la realización de un destino individual, el aislamiento, no por soberbia sino por tristeza, es un suicidio y realmente presenciamos actualmente en Venezuela unos cuantos suicidios, lamentablemente en soldados de un ejército liberador. Por eso no podemos renunciar a nosotros mismos y un poquito a la palabra que dice o se recibe, por lo menos para mí de aquí en adelante, ya no tiene una referencia sencillamente  de escritorio, de archivo, de simple estudio, sino tiene el calor de las manos que he estrechado acá y un poco la circunstancia humana estimulante y valedera de las palabras y de los libros de todos mis amigos”.

Se nota que el correligionario no dejaba perder el tiempo para demostrar lo importante que significa para el ser humano llevar como norte la fraternidad, la simpatía hacia el otro. En su poesía también notamos esos rasgos, escuchemos: “Al hijo yo le dije su fortaleza / a mis amigos les doy el mundo entero / pero me voy de amor con la belleza”.

Otra cosa que resalta en los textos, es la LIBERTAD, algo que no debe asombrarnos, pues sabemos que este escritor siempre anduvo en busca de ese sol, jamás la oscuridad consiguió que él anduviera con ella; su cuerpo y su alma fueron tras la luz del saber y la liberación, no solamente como un teórico sino también en la práctica.

En un carta que le enviara a Jesús Farías a través del diario El Nacional (8-6-84) escribe: “Estoy cansado de tantos súper venezolanos que andan con uno sin andar con nadie.

Quiero que mis hijos, después de mi muerte, lleven la sencillez orgullosa de que su padre amó, más allá de religiones y de imperio la obra más grande del siglo XX: la revolución soviética, desde Lenin hasta hoy y, en América Latina, desde Fidel Castro hasta mañana en la estremeciente memoria de Bolívar, de Martí, de Sandino, del Che Guevara y de Gustavo Machado”.

Agreguemos que en 1984 se fue a Nicaragua a pelear al lado de los camaradas sandinistas, allí nació aquel libro que lleva por título: VIAJE A SANDINO (Caracas, 1985).  Cercano a él está el premio nobel de literatura José Saramago cuando afirmaba: “Creo que es necesario más que nunca aprender lo que siente y ser libre. Y lo más importante: yo me siento libre y con voz propia para asumir lo que creo que es justo”.

Orlando Araujo amaba La Independencia, por consiguiente su texto LIBERTAD, está impregnado de metáforas que dan la sensación de una liberación total, un caballo de sol cabalgando los cuatro puntos cardinales, una flor dando su aroma a todas las ventanas del cosmos, una luciérnaga hecha más luz que la luz, leamos: “El azulejo es un pájaro de mañanita que tiene el corazón azul. No tiene jaulas, sino el viento y las ramas”.

“Azulejo es un azul de lejos. Libertad es un azul de pueblos sin jaulas ni jauleros”.

Esta es una demostración palpable que nos brinda el autor de su apego al querer ser siempre un hombre convertido en despertar, en crisol.

En la carta: EL CABALLO DE BOLÍVAR, vemos como la palabra transciende de acuerdo a su misma escritura, la sencillez aunada al amor patrio, especie de homenaje al padre de la patria y al apóstol José Martí: “Bolívar jamás tuvo un caballo: tiene un pueblo.

Uno tenía y era del color del trigo, y se lo regaló a José Martí.

Cuando murió Martí, se lo regaló a un argentino y el argentino a un chileno y el chileno a un jinete que venía de Nicaragua y el jinete de Nicaragua no lo desensilló: Bolívar cabalga todavía”.

Escritura premonitoria en esta Venezuela donde hoy nuestro Libertador no sólo  cabalga llanuras, sino también un paradigma, junto a su siempre y adorada Manuela.

Bien puede aplicarse a Simón Bolívar lo que el poeta Juan de Montesino le dedicó al cubano Martí: “Su espíritu inmortal brilla por siempre / cual destello de la idea guardiana   / perecer en la lucha antes que esclavos / ejemplo digno de epopeya hermosa”.

Otro aspecto que toca este volumen es lo referente a lo colectivo, lo social, no olvidemos que siempre andamos por esos senderos, de la mañana a la tarde y de la tarde a la mañana. El escritor nos trae situaciones y transformándolas en palabras ejemplares las pone frente a nosotros para que mejoremos nuestra existencia. Es  una especie de espejo donde él se mira y no quiere el ismo rostro para nosotros. Lo vital hecho símbolo, metáfora o símil donde se sintetiza el quehacer humano, la palabra haciendo el papel de consejera y a la vez de esperanza.

La escritura Carmen Mannarino (ORLANDO ARAUJO: VIOLENCIA, NOSTALGIA Y BOHEMIA), explica: “El autor encara los temas sin ocultamientos convencionales, con tanta fidelidad a la realidad del hombre que a veces estremece, otros alienta el optimismo, pero constante en su enfoque humanístico, cuando decide rozar aspectos estimulantes de la vida, los suaviza con la poesía. De esa manera no incurre en la mentira de la negación de los lados oscuros del hombre, pero se lo comunica al joven con delicadeza”.

Veamos: “Un juez es un señor que se sienta y mira a los demás y dice sin sonreír, quien es bueno y quién es malo.

Un juez es más que Dios porque Dios lo conoce a uno de a por dentrico y el juez de a por fuerita”.

“Sucede que mientras escribo esta diminutiva carta, en el Salvador, país que de algún modo te pertenece, hay una guerra terrible entre dos maneras de entender, de comprender y de organizar y de dirigir el mundo”.

“Venezuela, América Latina y todos los países del mundo con niños o sin ellos ¿Habrá un país del mundo que no tenga niños? ¿Cómo sería? Me pongo a pensar que sería un país de viejos, o de viejas, sin ganas de tener niños o sin poder tenerlos, gente sin sexo, como decir sin ganas de reírse, sin risa, tal vez con ojos pero sin mirada, tal vez con brazos pero sin dedos o con muchas piernas pero sin caminar. Cosas así suceden”.

El poeta Carlos Ildemar Pérez es bien claro cuando opina sobre esto: “La poesía, o sea todo el arte, tiene siempre sus ojos puestos sobre la vida, específicamente sobre el proceso de la vida, sobre el vivir”.

Todos los cosmos posibles se encuentra en CARTAS A SEBASTIÁN PARA QUE NO OLVIDA, lo real convertido en sueño y el sueño en esperanza, mensajes de un yo que aspira hacerse un todo, pasando por asuntos que van desde el querer, la camaradería, la familiaridad, la vida, el anhelo, la justicia, la libertad, la muerte, la vejez, la naturaleza, la injusticia, la palabra erguida, la risa, lo coloquial, todos los sentidos puestos en los ríos de saber con expresiones sencillas, asequibles, donde la retórica se ha lanzado al cesto de la basura.

A continuación algunos recursos estilísticos, presentes en la obra.

DIMINUTIVOS:

“Una viejita llamada Rutina”, “Un perrito ciego”, “Un caminito”, “Nariz de cuchillito”, “Hormiga de cinturita de guayaba”, “Como decir tucusitos”, “Hilda era redondita”, “Teticas de oro”, “Son las ovejitas”, “Como carajitos”, “Les dicen frijolitos”, “Por diosito”, “Un pueblito”, “Mujeres chiquitas”, “Con su cochinito”, “De mañanita”, “Con paticas”, “Desde lejitos”, “Otros caballitos”, “Más negritos”, “Vivían en rinconcitos”, “Aquí cerquita”, “Nariz de lorito”.

SÍMILES:

“Se llamaba Galatea, como el agua de los manantiales”, “Como la flor del árbol de la vida”, “Garzas rojas como el amor”, “Garzas grises como la madrugada”, “Hilda era redondita como la píldora de amor”, “Guayaba dura y verde como un proyectil”, “El amor se oculta, como el sol”, “Lucía es tan pequeña como la uña de la mano”, “Como una ovejita de anime”, “La muerte es cerrar los ojos y dormir”, “Es como una ballena del espacio”, “Rodean a Caracas como un collar de hambre”, “El gallo es como el sol”, “Desvelado como el miedo”, “Gall cenizos como la vaga luz”, “Gallos giros como el oro pálido”, “Gallos de color de mandarinas, camagueyes, como el sol de los venados”, “Gallos marañones de cola negra y plumajes estallantes como la flor del bucare”, “Gallos rojos como el estallido de la luz”, “Gallos blancos como la luz”, “Tranquilo y fuerte como la virtud”.

MEFÁFORAS:

“El amor es un estado de ánimo de los mares”, “Bañándose en el río de la vida”, “Tiene alas en la voz”, “Cabellera de carne mechada por la luna”, “Piel de mazorca de maíz antiguo”, “Cuerpo hecho de carne y viento”, “Tu madre es una hormiga de centurita de guayaba”, “El mar es la brisa en los mares de la tierra”, “La tierra es la cama del mar”, “El mar son las olas que llevamos por dentro”, “Una palmera es el sol en un patio”, “Fruto de oro pálido brillante cuando están maduros”, “La guayaba es una infancia de pájaro y ríos”, “Era un hombre de mirada recia y sonrisa de cedros”, “Espuma de neblinas arriba”, “Una transparencia de cristal de colibríes”, “El apamate es una copa de vino”, “El apamate blanco son palomas”, “Una escalera de aguas blancas con anteojos azules”, “El amor son las ovejitas de plata del yagrumo”, “Un amigo es el guante de tu corazón cuando hace frío”, “Un amigo es el espejo donde tú eres él”, “Delante de los ojos de su corazón”, “Sucedió una noche de luna de acero”, “Lo tocó una noche en que la luna daba luz de hojas de yagrumo”, “El azulejo es un pájaro de mañanita que tiene el corazón azul”, “El mundo es una palmera de azulejos que aletean y pintan de azul los cielos de la vida”, “La libertad es azul de pueblos sin jaulas ni jauleros”, “Tenía el color de los árboles desnudos”, “Amanece como una estrella en la mano”, “Dibujo en el recuerdo el mar que te ragalo, “Le puse casco de lata y un freno de poesía”, “Tiene un caballo de jade que venía del mar”, “La vida es el bello relámpago de un tiempo”, “La lluvia son barandas, barbas de agua”, “La tierra bebe lluvia y orina fuentes”, “El amarillo es el color de una princesa china”, “La lluvia cierra el anillo de Dios sobre la tierra con broche de siete colores”, “El rojo son los torrentes de la vida”, “La lluvia circunda a la tierra con el anillo de la vida”, “Los anillos mágicos del agua”, “Hay un de mandarina en el sol de los venados cuando aletea sobre la montaña”, “Cayenas y bucares encandilando al sol”, “Levanta la cara hacia las nubes y deja que el anillo de la vida toque y fecunde tus amores”, “Cruzada por un río de aguas de ojos verdes”, “Detrás de la casa había un bucare de candela cubierto de campánulas azules”, “La tierra es un animal blanco, azul y verde que danza frente a la luz del sol”, “El espacio es el mar que no terminan nunca”, “Y cómo es de miel la cascada de sus brazos cuando da sus manos”, “Cartablanca era una yegua de color de espuma”, “Hay caballos que galopan dentro de uno”, “Gallos al filo de la medianoche”, “Los gallos resumen en sus plumajes los colores del amanecer”, “Un gallo es el canto de una libertad ausente”, “Un río de café con leche”, “Siempre hay un viajero inmóvil en el tablero de los caminos”, “Tiene el canto y la belleza del torrente y el brío de un potro que amansara el amor”.

HUMANIZACIÓN

“Una palmera, Sebastián es una mujer desconocida”, “Guayabas pitadas con encías pálidas”, “El apamate es así y piensa y siente”, “El amor es a veces una cuna”, “El amor es una mujer”, “Saluda al sol y llévame contigo”, “Mi primer caballo fue el palo de una escoba”, “Habló con un pozo puerto y conversé con una iguana”, “Una carta de sueños y de juegos”, “La tierra bebe lluvia y orina fuentes”, “Hay color inocente que florece”, “El vientre de la tierra”, “Cruzada por un río de aguas de ojos verdes”, “Un pájaro de chaqueta negra y pecho de oro”, “El patio de la abuela es un camino de piedras con ojeras”, “Los árboles enamorados de la luz”, “Allí juega, corren, cantan y hacen el amor”, “La barriga de la tierra se oscurece”, “Es bello el perfil de una montaña que amanece”, “El día despierta al hombre y a los árboles”, “La conversación de los pájaros del mundo”, “El hombre siente que las fuentes y los ríos y el mar también despiertan”, “A la tierra se le duerme una pierna cuando se despierta la otra”, “Árboles golpeados por la vida callejera”, “Una montaña reventando en cascos”, “Eso te explica por las nubes galopan”, “A veces los sacan a un patio con sol a los presos, o como a los gladiadores en tiempos de la Roma Imperial”, “Los taparucos son gallos de la clase media”, “No es un mercenario, es un recluta”, “El piroco es un gallo solitario, un marginal de pollina corta”, “Las gallinas lo desprecian”, “Su vida es cantar, comer, dormir y defender su serrallo”, “Sobre el regazo del Volga”, “Un río-mujer como el Nilo”, “En el ajedrez todo se mueve y salta”, “!Hasta las torres se desplazan!”, “Línea domadora del mundo”, “Como los dedos del mar”, “Arbusto varonil haciéndose árbol”

Acerca de latintainvisible

Docente. Poeta. Narrador. Ensayista. Articulista. Especialista en literatura infantil.
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